Desde el comienzo de las emisiones de televisión a principios del segundo cuarto del pasado siglo XX, la televisión analógica ha utilizado parte de la banda de frecuencias de VHF (47 a 230 MHz) y parte de la banda de UHF (470 a 862 MHz) para su emisión. Con la llegada de las tecnologías digitales , así como de nuevos sistemas de compresión de información, el espectro radioeléctrico utilizado para la difusión de un canal de televisión con tecnología analógica permite, con estas nuevas tecnologías, la transmisión de hasta 6 programas. En la práctica, esto significa que lo que antes se transmitía en seis canales radioeléctricos, mediante la utilización de la tecnología digital puede ser emitido ahora en un único canal radioeléctrico.
Este ahorro de un bien tan escaso y valioso como es el espectro radioeléctrico , además de significar una gestión más eficiente del mismo, supone que con la implantación de la televisión digital terrestre y el cese de las emisiones de televisión analógica, aun incrementando el número de programas emitidos significativamente, incluso en un 100%, permite la liberación de espectro.
Este espectro que no es necesario utilizar, en la práctica puede aplicarse bien para la emisión de nuevos programas de televisión en ámbitos diversos (nacional o regional) o bien para su uso por parte de otros servicios (DVB-H, telefonía móvil, etc.). Este excedente de espectro radioeléctrico es lo que se denomina Dividendo Digital (ver figura 1).
Inicialmente , parte de las bandas de frecuencias de VHF y UHF estaban atribuidas en el Reglamento de Radiocomunicaciones de la UIT como servicio primario para los servicios de radiodifusión, por lo que era previsible en un principio que, tras el cese analógico, el Dividendo Digital se emplease para incrementar los servicios de televisión digital.
Durante los últimos años ha aumentado la percepción del valor de las tecnologías y servicios de comunicaciones electrónicas inalámbricas, tanto para la innovación tecnológica, como para conseguir ganancias de productividad, crecimiento, así como reducciones de coste en la economía global.
Todos estos factores han llevado a alcanzar un consenso general, a nivel mundial, para disponer de manera urgente de espectro radioeléctrico adicional para redes y servicios de comunicaciones electrónicas. Teniendo en cuenta esta necesidad, la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones de 2007, convocada por la UIT acordó la atribución al servicio móvil en co-primario con los servicios de radiodifusión, de la banda de 790-862 MHz dentro de la zona europea.
La banda de 790-862 MHz tiene un gran potencial para el suministro de un amplio rango de servicios en movilidad, ya que las señales en dicha banda tienen mejores propiedades de propagación y penetración en el interior de edificios que las bandas más altas, utilizadas en la actualidad para las comunicaciones móviles inalámbricas. Por otro lado, la universalidad de la banda ancha sólo puede conseguirse de manera eficiente usando tecnologías inalámbricas, por lo que dicha banda representa una oportunidad única para proporcionar servicios de banda ancha en zonas rurales, disminuyendo con ello la brecha digital. Asimismo, la banda de 790-862 MHz es imprescindible para estimular el despliegue de los servicios de nueva generación móviles, la denominada 4G .
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